En la tanda de penaltis, la selección venció por 3-2. En ella, Casillas detuvo dos lanzamientos, convirtiéndose en el héroe del partido. Fue la primera, y hasta ahora única vez, que España se despedía de una fase final de un Mundial sin perder ningún partido. Le pitaron mano a Canales, que tocó con el brazo el balón cerca de la frontal del área italiana.